Viaje Inaugural

Noviembre - Diciembre 2021 Translation

Moon Sand hizo su viaje inaugural a Londres a principios de Noviembre. El primer viaje del barco sería mi debut y despedida. Regresando de un viaje divertido y ajetreado, era hora de embarcarme en otro viaje ajetreado aunque menos divertido. A mi regreso, tuvimos 2 días para ocuparnos de los últimos detalles y zarpar hacia el Reino Unido. Después de mucha incertidumbre y retrasos de nuestra fecha para dejar el astillero, era emocionante partir finalmente. En lo personal, estaba interesado en cruzar el Mar del Norte, aguas en las que nunca me imagine que estaría.

El cruce transcurrió bien. Resultó ser más largo de lo esperado porque paramos alrededor de un día esperando que el clima más adelante en nuestra ruta mejorara. Nos encontramos con un poco de oleaje y parte de la tripulación (incluyéndome, debo admitir) sufrimos de mareo. Pero el cruce no fue largo y llegamos pronto al canal que nos llevaría hasta Londres. Pasamos los primeros días atracados a un lado del centro de convenciones en el Este de Londres, lavando, lavando, lavando. Después de unos días nos movimos de muelle y wow eso sí que fue inolvidable. Navegamos río arriba por el Támesis para atracar JUSTO A UN LADO del único e inigualable Tower Bridge. En una ubicación inigualable, la vista era totalmente increíble. Sin embargo, recibimos huéspedes poco tiempo después lo que significaba trabajo a tope. Tuve “suerte” al recibir el turno nocturno y diurno. Entendía que este era el tiempo en que iba a ser el periodo en que trabajaríamos más duro así que hice mi mejor esfuerzo y traté de mantener una actitud positiva. Tuve suerte de poder juntarme con dos de mis primos y una muy buena amiga de la universidad. Habían pasado años desde que vi a cada uno de ellos y fue especial reunirnos en Londres. Sin mencionar que fue genial poder relajarme por un rato. No obstante, empezar el turno de la noche justo después resultaría difícil de continuar.

Reunion con Jodi y Agustina.

Mientras los días pasaban y el estrés se acumulaba, las tensiones entre la tripulación crecieron. Llegó el momento en que el marinero líder y yo tuvimos una discusión. Un incidente que a simple vista pareciera pequeño llevó a una discusión abierta sobre las cosas que nos estaban molestando sobre el otro a lo largo de las semanas pasadas. Me gusta pensar que el resultado fue positivo, pero no estoy seguro de que en verdad ese haya sido el caso. De cualquier forma, era importante para mí expresar mi descontento y defender mi posición cuando lo pensara necesario. Comencé a pensar en renunciar a mi trabajo. Francamente, no tenía un amigo cercano en la tripulación y aún más importantemente, comencé a ser más honesto conmigo mismo y admitir que ni me gustaba estar ahí ni lo que estaba haciendo. La idea de de buscar más experiencia veleando y como divemaster llegó a mi cabeza por primera vez. Comencé a pensar sobre cómo y cuándo hacer ambas cosas. Al mismo tiempo, estaba tratando de mantener mi cabeza calmada y no apresurarme a llegar a ninguna conclusión o tomar una decisión.

Otro asunto importante que atender mientras estaba en Londres era ver si sería posible que obtuviera mi visa de turista para Estados Unidos mientras estaba en la ciudad. Aunque decidí que enviar una aplicación a la embajada en Londres no era la mejor opción, conseguí una cita en Berlín unas semanas después con el apoyo del capitán. Estaba muy agradecido por esto; podría visitar a mi familia pronto y además tendría más oportunidades de trabajo en el futuro. 

El fin de la estadía de nuestro huésped a bordo eventualmente llegó a su fin y nos movimos de nuevo, esta vez a Canary Wharf. Nuestros días de trabajo eran mucho menos ocupados e incluso disfruté de algunos días libres. Dí la vuelta caminando, compré una guitarra yyyyyyyy fui al musical de Los Miserables. Los Miserables ha sido una de las mejores presentaciones en vivo de las que he tenido la fortuna de disfrutar. Sabía que era una historia famosa, pero no tenía idea de los detalles. La actuación fue emocionante e inspiradora. Salí del teatro con el deseo renovado de ser un hombre bueno y honesto. Justo cuando nuestro tiempo en Londres llegaba a su fin, recibí una noticia inesperada pero bien recibida: me despidieron. El capitán dio por razones el hecho de que el barco iba de regreso a un periodo largo en el astillero en Alemania junto con el deseo del dueño de reducir costos. Mentiría si dijera que me rompió el corazón… Ahora era libre para re-planear lo que quería hacer y a dónde ir. 

El regreso a Alemania fue más rápido y menos agitado. Llegamos a un pequeño pueblo llamado Lemwerder cerca de Bremen donde se encuentra el astillero. Sacaron el barco del agua y Zaynah llegó a Bremen para visitarme de nuevo. Fue interesante estar en un pueblo en Alemania tan pequeño donde se construyen algunos de los yates más grandes del mundo y las constructoras de yates son de los empleadores más grandes en el pueblo. La presencia de Zaynah hizo las cosas más aguantables y me permitió relajarme y sentirme como yo mismo cuando al mismo tiempo me sentía sofocado en el trabajo. Finalmente, después del cruce y algunos días ocupados tratando de dejar el barco listo para las reparaciones, estaba oficialmente fuera de Moon Sand. Siguiente parada: Berlín para obtener mi visa para Estados Unidos.

El viaje a Berlín fue muy bueno, me sentía libre y estaba emocionado por dejar lista mi visa para Estados Unidos. Afortunadamente, mi cita resultó ir bien y obtuve mi visa. Aún así, solo podría recoger mi pasaporte entre 3 días y 2 semanas después de mi cita. En lugar de esperar en Berlín, convencí a Zaynah de que fuéramos al sur de Alemania. Aunque Berlin es definitivamente una ciudad increíble, ya la había visitado otras veces y quería ver un lugar nuevo. Tomamos un camión a Munich y 2 trenes para llegar a Bayerisch Gmail, el paraíso invernal Alemán. La vista de pueblos nevados y las montañas a su alrededor eran un prefacio perfecto para Navidad. Estar en un rincón del suroeste de Alemania del cual no sabía nada antes era muy especial para mí y disfruté mucho el ritmo de vida lento en medio de las montañas por unos días. Caminamos alrededor de los pueblos vecinos y Königssee. Mi pasaporte estuvo listo para recogerlo solo unos días después de mi entrevista y regresamos a Berlín.

Königssee.

Para entonces, me habían ofrecido un nuevo trabajo en un yate atracado en California y lo acepté. Este nuevo trabajo parecía ser un nuevo comienzo interesante en un yate más grande con una tripulación activa e internacional. Aunque quería velar y bucear, no estaba listo para dejar de trabajar y hacer ese brinco. Me despedí de Zaynah en Berlín y pasé un fin de semana con mi familia en Miami antes de unirme al nuevo barco en San Diego.

Maiden Voyage

November - December 2021

Moon Sand made its maiden voyage to London at the beginning of November. The ship’s first trip would turn out to be my debut and farewell. Coming back from a busy and fun trip, it was time for another busy yet less fun trip. Upon my return, we had 2 days to take care of final details and set sail towards the UK. After so much uncertainty and delays to our departure date from the shipyard, it was exciting to finally be leaving. Personally, I was also looking forward to crossing the North Sea, waters I never imagined I’d be in.

The crossing went ok. It ended up being longer than expected because we stopped for about a day for weather conditions ahead of us to improve. We did hit a bit of swell and part of the crew (including me, I must admit) suffered from some seasickness. But the crossing wasn’t long and soon enough we reached the channel leading to London. We spent the first few days docked by the convention center in East London, washing, washing, washing. A few days later we moved and boy was that memorable. We cruised up the Thames to dock RIGHT NEXT to the one and only Tower Bridge. Location unrivaled; views were amazing. Soon though we had guests coming in which meant work in full swing. I got “lucky” working nights and days. I understood this was the time when we would be working the most and so I did my best and tried to maintain a positive attitude. I was fortunate to be able to see two of my cousins and a good friend from college. It had been years since I saw all of them and reuniting in London was special. Not to mention how good it felt to be able to let loose for a bit. However, jumping back to work the night shift afterwards proved unsustainable. 

Reunion with Jodi and Agustina.

As days went by and stress accumulated tensions amongst the crew built up. Eventually the lead deckhand (roommate also) and I had a blowup. A seemingly small incident led to an open discussion of things that were bothering us from each other throughout the past weeks. I like to think it led to a positive outcome, but I don't really know if it truly did. In any case, it was important to me to voice my discontent and stand my ground when I felt I needed to. I started thinking about quitting my job. Frankly I did not really have a close friend in the crew and more importantly, I started being more honest with myself and admit I disliked being there and what I was doing. The idea of seeking more sailing and divemaster experience first came to mind. I began wandering about when and how to do it. At the same time, I was trying to keep a cool head and not rush any conclusions or decisions. 

An important issue for me to attend to during our time in London was whether I would be able to apply for a US visa there. While I decided submitting an application to the embassy in London was not the best course of action, I secured an appointment in Berlin a few weeks later with the support of the captain. I was very thankful for this, I would soon be able to visit my family and would open up more job opportunities.

The end of our guest’s time aboard eventually came to an end and so we relocated to Canary Wharf. Our work days were much less busy and I even enjoyed some days off. I walked around, bought a guitar aaaaaand watched Les Miserables. Les Miserables has been one of the best live performances I have had the fortune to see. I knew it to be a famous story but was oblivious to the details. The performance was moving and inspiring. I left the theater with a renewed desire to be a good, honest man. Just as our time in London was coming to an end, I received some unexpected but welcome news: I was let go. The captain cited the boat headed back for a long yard period in Germany and the owner’s desire to cut costs as the reason for my cut. I’d be lying if I told you I was heartbroken… I was now free to replan what I wanted to do and where to go. 

The way back to Germany was quicker and less agitated. We arrived at a small town called Lemwerder near Bremen where the shipyard is located. The boat was lifted out of the water and Zaynah arrived in Bremen for another visit. It was interesting to be in such a small town in Germany where some of the biggest yachts in the world are made and yacht builders are some of the largest employers. In the span of 2 weeks, a lot had happened and many changes were taking place in my life. Zaynah’s presence made things more bearable and allowed me to relax and feel like myself when I felt suffocated at work. Finally, after the crossing and some busy days getting the boat ready for its repairs, I was officially off Moon Sand. Next stop: Berlin to get my US tourist visa. 

The trip to Berlin was great, I felt free and was looking forward to getting my US visa sorted out. Fortunately, my appointment went well and I got my visa. However, I would only be able to pick up my passport 3 days to 2 weeks from the day of my appointment. Instead of waiting in Berlin, I convinced Zaynah for us to go to southern Germany. While Berlin is certainly an incredible city, I had been there a couple of times before and wanted to see someplace new. We took a bus down to Munich and a couple of trains to Bayerisch Gmain, the German winter wonderland. The view of snowy towns and mountains surrounding them was a perfect preface to Christmas. Being in a southwestern corner of Germany I knew nothing about until then was special to me and I thoroughly enjoyed a slow pace of life in the middle of the mountains for a few days. We walked around neighboring towns and hiked around Königssee. My passport was ready for pick up only a handful of days after my interview and we headed back to Berlin.

Königssee.

At this point, I had been offered a new job on a yacht docked in California and I accepted it. This new job looked like an interesting new beginning on a bigger boat with an active and international crew. Although I wanted to do some sailing and diving, I was not ready to stop working and take that leap. I said goodbye to Zaynah in Berlin and spent a weekend with my family in Miami before catching up with the new boat in San Diego.